• Apocalipsis 21:9

    Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y habló conmigo diciendo: “Ven acá. Yo te mostraré la novia, la esposa del Cordero”.

  • Apocalipsis 21:10

    Me llevó en el Espíritu sobre un monte grande y alto, y me mostró la santa ciudad de Jerusalén, que descendía del cielo de parte de Dios.

  • Apocalipsis 21:11

    Tenía la gloria de Dios, y su resplandor era semejante a la piedra más preciosa, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.

  • Apocalipsis 21:12

    Tenía un muro grande y alto. Tenía doce puertas, y a las puertas había doce ángeles, y nombres inscritos que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.

  • Apocalipsis 21:13

    Tres puertas daban al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste.

  • Apocalipsis 21:14

    El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.

  • Apocalipsis 21:15

    El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

  • Apocalipsis 21:16

    La ciudad está dispuesta en forma cuadrangular. Su largo es igual a su ancho. Él midió la ciudad con la caña, y tenía dos mil doscientos kilómetros. El largo, el ancho y el alto son iguales.

  • Apocalipsis 21:17

    Midió su muro, setenta metros según medida de hombre, que es la del ángel.

  • Apocalipsis 21:18

    El material del muro era jaspe, y la ciudad era de oro puro semejante al vidrio limpio.

  • Apocalipsis 21:19

    Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de ágata, el cuarto de esmeralda,

  • Apocalipsis 21:20

    el quinto de ónice, el sexto de cornalina, el séptimo de crisólito, el octavo de berilo, el noveno de topacio, el décimo de crisoprasa, el undécimo de jacinto, el duodécimo de amatista.

  • Apocalipsis 21:21

    Las doce puertas eran doce perlas; cada puerta fue hecha de una sola perla. La plaza era de oro puro como vidrio transparente.

  • Apocalipsis 21:22

    No vi en ella templo, porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero, es el templo de ella.

  • Apocalipsis 21:23

    La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, para que resplandezcan en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara.

  • Apocalipsis 21:24

    Las naciones andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra llevan a ella su gloria.

  • Apocalipsis 21:25

    Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

  • Apocalipsis 21:26

    Y llevarán a ella la gloria y la honra de las naciones.

  • Apocalipsis 21:27

    Jamás entrará en ella cosa impura o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

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