Y Semaías hijo de Natanael, escriba, uno de los levitas, los escribió delante del rey y de los príncipes, y del sacerdote Sadoc, y de Ahimelec hijo de Abiatar, y delante de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas; una casa principal fue tomada por Eleazar, y otra por Itamar.

 La lectura marginal es preferible, 'una casa del padre'. La suerte se echó de manera deliberada y solemne, en presencia del rey, de los príncipes, de los dos sumos sacerdotes y de los jefes de las familias sacerdotales y levíticas; los jefes de las familias pertenecientes a Eleazar y a Ithamar se presentaron alternativamente para el sorteo, y el nombre de cada individuo, según se le llamaba, fue registrado por un secretario asistente.

Para acomodar el sorteo a la desigualdad de los números, habiendo 16 casas paternas de Eleazar y sólo 8 de Ithamar, se dispuso que cada casa de Ithamar contara como dos lotes; o, lo que es lo mismo, que cada dos casas de Eleazar fueran seguidas por una de Ithamar. Si, pues, suponemos que el comienzo lo hizo Eleazar, el orden sería el siguiente: Uno y dos, Eleazar; tres, Ithamar; cuatro y cinco, Eleazar; seis, Ithamar; siete y ocho, Eleazar; nueve, Ithamar; y así sucesivamente (Bertheau). La suerte determinaba también el orden del servicio de los sacerdotes. El de los levitas se distribuyó después con la misma disposición ( 1 Crónicas 24:31 ).

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