E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si en verdad me bendijeras, y ensancharas mi territorio, y que tu mano estuviera conmigo, y me guardaras del mal, para que no me aflija! Y Dios le concedió lo que pidió.

Me guardarías del mal, х `aasiytaa ( H6213 ) mªraa`ah ( H7451 )]  harías lo mismo que te abstendrías; es decir, te abstendrías del mal. Otros, según Gesenius, traducen menos bien 'me evitarías el mal, es decir, me evitarías el daño'. La empresa era, con toda probabilidad, la expulsión de los cananeos del territorio que ocupaba; y como se trataba de una guerra de exterminio, que Dios mismo había ordenado, su bendición podía pedirse y esperarse más razonablemente para preservarlos de todos los males a los que la empresa podría exponerlo.

En las palabras "para que no me aflija", y que podrían ser traducidas más literalmente, 'para que no tenga más dolor', hay una alusión al significado de su nombre, Jabes, que significa dolor; y el significado de esta petición es, que no experimente el dolor que mi nombre implica, y que mis pecados bien pueden producir. Dios le concedió lo que pidió. Cualquiera que fuera el tipo de empresa que despertó sus ansiedades, Jabes disfrutó de un grado de prosperidad notable, y Dios, en su caso, demostró que no sólo escuchaba, sino que respondía a la oración.

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