Así fue contado todo Israel por genealogías; y he aquí, estaban escritas en el libro de los reyes de Israel y de Judá, los cuales fueron llevados a Babilonia por su transgresión.

Todo Israel fue contado por genealogías. Desde el comienzo de la nación hebrea se llevaron registros públicos que contenían un registro del nombre de cada individuo, así como de la tribu y familia a la que pertenecía. "El libro de los reyes de Israel y de Judá" no se refiere a los dos libros canónicos que se conocen en la Escritura con ese nombre, sino a copias autenticadas de esos registros, puestos bajo el cuidado oficial de los soberanos; y como un gran número de los israelitas ( 1 Crónicas 9:3 ) se refugiaron en Judá durante la invasión de Salmanasar, llevaron consigo los registros públicos.

Las genealogías dadas en los capítulos anteriores se extrajeron de los registros públicos de los archivos tanto de Israel como de Judá; y las dadas en este capítulo se refieren al período posterior a la restauración; de donde parece (cf. 1 Crónicas 3:17 ) que los registros genealógicos se llevaron durante el cautiverio en Babilonia.

Estas tablas genealógicas, entonces, son de la más alta autoridad en cuanto a veracidad y corrección, siendo extraída la porción anterior de los registros autenticados de la nación; y en cuanto a las que pertenecen al tiempo del cautiverio, fueron redactadas por un escritor contemporáneo, el cual, además de gozar de las mejores fuentes de información, y ser de la más estricta integridad, fue guiado y preservado de todo error por inspiración divina.

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