Y tenía setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas; y sus esposas desviaron su corazón.

Esposas, princesas. Probablemente eran, según una costumbre existente, las hijas de los jefes tributarios, dadas como rehenes por la buena conducta de sus padres.

Concubinas: eran esposas legítimas, pero inferiores o secundarias. A éstas, el jefe o la primera esposa las considera sin los más mínimos celos o remordimientos, ya que las admira con sentimientos de respetuosa sumisión. Las esposas de Salomón llegaron a ser tan numerosas, no todas a la vez, sino gradualmente, ya que incluso en un período temprano su gusto por el espectáculo oriental parece haber llevado al establecimiento de un harén considerable (Cantares de los Cantares 6:8).

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