Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Roboam su hijo.

Su hijo Roboam reinó en su lugar. Yahvé, que era la cabeza de la teocracia, hizo (2 Samuel 7:1) garantizado, mediante una promesa solemne a David, la sucesión real de su dinastía; y en virtud de este acuerdo divino Roboam era el heredero legítimo del trono. Su ascenso tuvo lugar en Jerusalén, a la muerte de su padre.

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