Y Elías dijo a los profetas de Baal: Escoged un novillo para vosotros, y destripadlo primero; porque sois muchos; e invocad el nombre de vuestros dioses, pero no pongáis fuego debajo.

Elías dijo a los profetas de Baal: Escoged un novillo para vosotros. Los sacerdotes de Baal comenzaron la ceremonia invocando a su dios. En vano continuaron invocando a su insensata deidad desde la mañana hasta el mediodía, y desde el mediodía hasta la noche, lanzando los más desgarradores gritos, empleando las más frenéticas gesticulaciones y mezclando su sangre con el sacrificio. (Ver descripción de la forma e invocación del pagano, 'Palestine' de Osborne, p. 253; Roberts, 'Oriental Illustrations', in loco; 'Travels in Ceylon' de Davy; y Dr. Marshall, 'Ceylon').

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