Y dejando los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: Déjame, te ruego, besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Vuélvete otra vez, porque ¿qué te he hecho?

¿Qué te he hecho? , es decir, ve, pero recuerda la ceremonia solemne que acabo de realizar contigo. No soy yo, sino Dios, quien te llama. No permitas que ningún afecto terrenal te impida obedecer su llamado.

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