Y contra el muro de la casa edificó cámaras alrededor, contra los muros de la casa alrededor, tanto del templo como del oráculo; e hizo cámaras alrededor:

Contra la pared de la casa edificó cámaras alrededor. No se indica el número de estas cámaras. Ezequiel ( Ezequiel 41:6 ) en su templo visionario coloca treinta; y los escritores judíos dicen que este era el número en el templo de Salomón. En tres lados había cámaras, es decir, corredores o galerías, en tres pisos, cada piso más ancho que el que estaba debajo, ya que las paredes se estrecharon o adelgazaron a medida que ascendían, al hacer un rebaje, en el que el vigas del piso lateral apoyadas, sin penetrar las paredes.

Josefo ('Antigüedades', b. 8:, cap. 3:, sec. 2) dice que cada una de estas habitaciones laterales tenía 20 codos de altura; de lo contrario, debía haber un largo espacio desocupado entre la cámara inferior y la de arriba, con pisos dobles, el uno a 6 codos de distancia del piso de abajo. Se accedía a estas cámaras desde el lado derecho, en el interior del piso inferior, por una escalera de caracol de piedra, que conducía a los pisos medio y superior.

Del templo , х heeykaal ( H1964 )] - el palacio o templo de Yahweh, aquí usado para esa parte del mismo que se interponía entre la entrada y el lugar santísimo [La Septuaginta también ( G3588 ) naoo ( G3485 ), la nave] .

Y del oráculo , х wªladªbiyr ( H1687 )] - el adytum, o santuario interior; llamado "el oráculo" por ser el lugar donde, en la erección del templo, se daban las respuestas divinas. [La Septuaginta conserva el término original, también dabir; Vulgata, oraculum (cf. 1 Reyes 8:6 ; 2 Crónicas 4:20 ). 'Por la forma particular en que se menciona en estos pasajes, no parece haber fundamento para la opinión de Hales ('Analysis of Sacred Chronology, 2:, p. 210) y otros, que este modo de revelación cesó absolutamente después de la construcción del templo de Salomón.

El mismo hecho de que se mencione por primera vez bajo el nombre de "oráculo" implica que todavía se daban respuestas sobrenaturales; aunque, como consecuencia de la institución del orden profético que había tenido lugar recientemente, con toda probabilidad sólo se empleaban en emergencias extraordinarias, como la muerte o la ausencia de alguno de estos mensajeros acreditados de Dios, en cuyas ocasiones se consideró necesario consultar Su voluntad de esta manera particular. Debe observarse, sin embargo, que sólo al sumo sacerdote se le concedía por el momento el honor especial de recibir estas comunicaciones oraculares" (Henderson, "On Inspiration", p. 73).

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