Pero los hijos de Belial dijeron: ¿Cómo nos salvará éste? Y lo despreciaron, y no le trajeron regalos. Pero él calló.

No le trajeron ningún regalo. En los países orientales, el honor del soberano y el esplendor de la casa real se mantienen, no por medio de una tasa fija de impuestos, sino por medio de regalos traídos en ciertas épocas, particularmente en la ascensión de un nuevo soberano, por funcionarios y hombres ricos, de todas partes del reino, de acuerdo con los medios del individuo, y de un valor registrado habitual.

Tal fue el tributo que los opositores de Saúl retuvieron, y por cuya falta no pudo establecer un establecimiento real por un tiempo. Pero "esperando su momento", soportó el insulto con una prudencia y magnanimidad que fue de gran utilidad al principio de su gobierno.

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