¿No es hoy la siega del trigo? Clamaré a Jehová, y él enviará truenos y lluvia; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová, pidiéndoos un rey.

¿No es hoy la cosecha del trigo? Esa estación en Palestina ocurre a principios de mayo, cuando rara vez o nunca llueve, y el cielo está sereno y sin nubes. Por lo tanto, no podría haber existido una prueba más fuerte o más apropiada de una misión divina que el fenómeno de la lluvia y el trueno ocurriendo, sin ningún pronóstico de su proximidad, sobre la predicción de una persona que profesa ser un profeta el del Señor, y dándolo como un testimonio de que sus palabras son verdaderas.

El pueblo lo consideró un despliegue milagroso del poder divino y, presa del pánico por esta señal inequívoca del desagrado divino ante los motivos criminales que habían impulsado su deseo de tener un rey, confesaron su pecado e imploraron al profeta que rezara por ellos. (Josefo lo llama 'una tormenta de invierno en medio de la cosecha' ('Antigüedades', b. 6:, cap. 5:, sec. 6). En nuestro clima, los truenos y relámpagos ocurren comúnmente en verano, pero en Palestina suelen ocurrir en invierno, y son desconocidos en verano). Prometiendo hacerlo, disipó sus temores.

La conducta de Samuel, en todo este asunto del nombramiento del rey, muestra que fue un hombre grande y bueno, que hundió todas las consideraciones privadas y personales en un celo desinteresado por el bien de su país; y cuyas últimas palabras en público fueron para advertir al pueblo y a su rey del peligro de la apostasía y la desobediencia a Dios.

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