Y Aquis creyó a David, diciendo: Ha hecho que su pueblo Israel lo abomine en extremo; por tanto, él será mi siervo para siempre.

Aquis creyó a David. Aquis fue engañado por el cuento, y consideró que, como un ultraje tan grande a sus compatriotas alejaría a todo Israel de David, podría ahora emplearlo como un útil auxiliar en la empresa expedicionaria que había estado meditando contra el reino de Saúl. El burdo engaño practicado a su hueste real, y la matanza indiscriminada que David había cometido, para que nadie se escapara a decir la verdad real, exhiben una visión desfavorable de su integridad y rectitud en este período.

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