Por tanto, dijo a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y rodeémoslas de muros, torres, puertas y cerrojos, mientras la tierra esté aún delante de nosotros; porque a Jehová nuestro Dios hemos buscado, le hemos buscado, y él nos ha dado descanso por todas partes. Así que construyeron y prosperaron.

Mientras la tierra esté aún ante nosotros, es decir, mientras tengamos un progreso libre e indiscutible en todas partes; ningún enemigo está cerca; pero, como este feliz tiempo de paz puede no ser siempre, y el reino es pequeño y débil, preparemos defensas adecuadas en caso de necesidad. Tenía también un ejército de 580.000 hombres. Judá proporcionó los soldados armados pesados, y Benjamín los arqueros. Este gran número no significa un cuerpo de soldados profesionales, como los que componen los ejércitos europeos, sino todos capaces de portar armas y susceptibles de ser llamados al servicio.

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