Entonces Amasías los separó, a saber, el ejército que había venido a él desde Efraín, para volver a casa: por lo cual su ira se encendió en gran manera contra Judá, y volvieron a casa con gran ira.

Los separó... el ejército... de Efraín... su ira se encendió en gran manera contra Judá. Amasías, que conocía su posición como virrey del Señor, cumplió con el consejo del profeta y, consintiendo en confiscar el dinero de la compra de los soldados israelitas, los despidió. Exasperados por este trato, resolvieron indemnizarse por la pérdida del esperado botín, y así al volver a casa saquearon todos los pueblos a su paso, haciendo grandes estragos tanto en vidas como en bienes, sin interrupción alguna, como el rey de Judá y su ejército habían emprendido su expedición ( 2 Reyes 14:7 ).

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