Y alquiló cien mil hombres valientes de Israel por cien talentos de plata.

Alquiló también cien mil... por cien talentos de plata. Esta suma fue pagada al tesoro de Joacaz, no dada como recompensa a los mercenarios que estaban obligados a servir a la llamada del soberano, su remuneración consistía únicamente en el botín que pudieran obtener. Eran unas 50.000 libras esterlinas británicas, diez chelines por hombre, incluidos los oficiales, una paga muy insignificante, comparada con la recompensa que se da por un soldado en este país. Pero debe recordarse que en la antigüedad las campañas eran cortas y los peligros de las redes de cerco comparativamente pequeños.

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