Y se levantaron los varones que habían sido expresados ​​por nombre, y tomaron los cautivos, y con el botín vistieron a todos los que entre ellos estaban desnudos, y los vistieron, y los calzaron, y les dieron de comer y de beber, y los ungieron, y y llevó a todos los débiles de ellos en asnos, y los llevó a Jericó, la ciudad de las palmeras, a sus hermanos; luego se volvieron a Samaria.

Los hombres que se expresaron por nombre se levantaron. Estos eran los "jefes de los hijos de Efraín" (mencionados en 2 Crónicas 28:12 ), o algunos otros individuos destacados elegidos para el cargo de benevolencia. Bajo su amable supervisión, los prisioneros no sólo fueron liberados, sino que del botín fueron relevados cómodamente con comida y ropa y transportados hasta Jericó en su camino de regreso a sus propios hogares. Este es un incidente hermoso y lleno de interés, ya que muestra que incluso en este período de decadencia nacional hubo no pocos que se adhirieron firmemente a la ley de Dios.

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