Y sacaron las varas del arca, de modo que los extremos de las varas se veían desde el arca delante del oráculo; pero no se les vio fuera. Y allí está hasta el día de hoy.

Allí está hasta el día de hoy, es decir, en el momento en que se compuso esta historia; porque después del cautiverio babilónico no hay rastro ni del arca ni de las varas.

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