¿A quién has reprochado y blasfemado? ¿Y contra quién has alzado tu voz, y levantado en alto tus ojos? aun contra el Santo de Israel.

¿A quién has reprochado y blasfemado? ... incluso contra el Santo de Israel. En la ley judía era culpable de blasfemia quien aplicaba ese temible y glorioso nombre a un ídolo; no menos era acusado del mismo crimen quien tuviera la osadía de aplicárselo injustificadamente a sí mismo. De la última forma de blasfemia, Senaquerib era culpable, al atribuirse poderes y un dominio sobre el éxito y la victoria, que no puede pertenecer a nadie más que a un ser omnipotente.

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