Tomó también el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán;

Tomó también el manto de Elías. La transferencia de este manto profético fue, para él mismo, una garantía de que sería nombrado sucesor, y fue una señal externa para otros del espíritu de Elías que descansaba sobre él.

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