Y desmenuzó las imágenes, y cortó las arboledas, y llenó sus lugares con huesos de hombres.

Llenó sus lugares con los huesos de los hombres. De la misma manera, destruyó todos los monumentos de idolatría en sus dominios, y profanó los lugares en los que se encontraban, esparciéndolos con huesos de hombres muertos. La presencia de un cadáver hacía que tanto las personas como los lugares fueran impuros a los ojos de los judíos y de los paganos.

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