Porque a causa de la ira del SEÑOR aconteció en Jerusalén y en Judá, hasta que los hubo echado de su presencia, que Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Por la ira del Señor... él... los echó de su presencia, es decir, en el curso de la justa providencia de Dios, su política como rey resultaría ruinosa para su país.

Sedequías se rebeló. Instigados por los embajadores de los estados vecinos, que venían a felicitarlo por su ascenso al trono (cf. Jeremias 17:3 17,3 con 28,1), y al mismo tiempo lograr que se uniera a ellos en una liga común para deshacerse de la yugo asirio. Aunque Jeremías advirtió contra este paso, el perjuro y encaprichado ( Ezequiel 17:13 ) Sedequías persistió en su rebelión, formando una alianza con Faraón-hophra, es decir, Apries, nieto de Nechoh, rey de Egipto, y el monarca más enérgico y exitoso de ese reino desde Psamético.

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