Y David le dijo: ¿Cómo no tuviste miedo de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?

¿Cómo no tuviste miedo de extender tu mano para matar al ungido del Señor? Esta frase, "el ungido del Señor", fue tan utilizada por David, y quizás también por sus hombres, que las naciones vecinas llegaron a usarla como título del monarca hebreo.

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