Y el pueblo los metió a escondidas aquel día en la ciudad, como los que se avergüenzan, se escurren cuando huyen en la batalla.

La gente los captó a escondidas... en la ciudad. El rumor del desconsolado estado del rey difundió una tristeza universal e inoportuna. Sus tropas, en lugar de ser bien recibidas, como siempre lo era un ejército victorioso, con música y otras demostraciones de júbilo público, se escabulleron en la ciudad en secreto y en silencio, como avergonzados, después de la comisión de algún crimen.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad