Entonces alcé mis ojos y miré, y he aquí un hombre vestido de lino, cuyos lomos estaban ceñidos con oro fino de Uphaz.

Entonces levanté mis ojos, del suelo, en el que se habían fijado en su luto.

Y he aquí cierto hombre, literalmente, un hombre. Un ángel del más alto orden; porque enmanda a Gabriel que haga entender a Daniel la visión; y en uno de los dos ángeles le pregunta cuánto tiempo faltaría para el fin anunciado.

Vestidos de lino, la vestidura de los sacerdotes, siendo el símbolo de la santidad, más puro que la lana; también de profetas; y de ángeles.

Cuyos lomos estaban ceñidos con oro fino de Uphaz, es decir, con un cinto entretejido con oro.

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