Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro: cantaron y gritaron alabanzas a los "dioses", que, al ser de oro, "son sus propios testigos", refutando la insensatez de aquellos que los imaginan como dioses.

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