Entonces vinieron todos los sabios del rey; pero no podían leer la escritura, ni dar a conocer al rey su interpretación.

Entonces vinieron todos los sabios del rey, pero no podían leer la escritura. Las palabras tenían un carácter tal que eran ilegibles para los caldeos, reservándose Dios este honor para Daniel.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad