Y él ha confirmado sus palabras que habló contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos juzgaron, trayendo sobre nosotros un gran mal: porque nunca fue hecho debajo del cielo como lo que se ha hecho contra Jerusalén.

Y ha confirmado sus palabras. Ha mostrado, por los castigos que sufrimos, que sus palabras no eran amenazas ociosas.

Porque nunca fue hecho debajo del cielo como lo que se ha hecho sobre Jerusalén.

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