Así como se come el corzo y el ciervo, así los comerás: el inmundo y el limpio comerán igualmente de ellos.

Así como se come el corzo y el ciervo, así comerás... Cuando la caza se conseguía en el desierto, no se requería que se llevara a la puerta del tabernáculo. El pueblo ahora sería tan libre en la matanza de ganado doméstico como de animales salvajes. El permiso para cazar y usar venado como alimento fue sin duda una gran ayuda para los israelitas, no sólo en el desierto, sino también en su asentamiento en Canaán, como las cadenas montañosas del Líbano, el Carmelo y Galaad, en las que abundaban los ciervos en gran número, les proporcionaría así una comida abundante y lujosa.

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