Y te regocijarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita que está en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están entre vosotros, en el lugar que Jehová vuestro Dios escogió para hacer habitar allí su nombre.

Delante de Jehová tu Dios te regocijarás... Fue un tiempo de gran regocijo público, en el que los siervos tendrían el privilegio de participar. En efecto, las fiestas nacionales eran fiestas para los sirvientes; y se hacen repetidos mandatos para que participen en la fiesta (cf. Deuteronomio 12:18 ).

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