Llevarás mucha semilla al campo, y recogerás poca, porque la langosta la consumirá.

Llevarás mucha semilla al campo, y recogerás poca. Esto se verifica por el producto de la tierra, no sólo en la vecindad inmediata de Jerusalén, sino en toda esa tierra, que antes fluía con leche y miel: la maldición amenazada por Dios ha surtido efecto. Además, por un sistema defectuoso de agricultura, al desconocer las gradas, se deja que las semillas sembradas queden al descubierto en el campo, y en consecuencia son devoradas por las aves; además, el trigo, al crecer, es consumido por las orugas.
 

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