Hay uno sólo, y no hay segundo; sí, él no tiene hijo ni hermano: pero no tiene fin de todo su trabajo; ni su ojo se sacia de riquezas; ni dice: ¿Por quién trabajo, y privando de bien a mi alma? Esto también es vanidad, sí, es un dolor de parto.

Hay uno (solo) y (no hay) un segundo, no hay pareja. Puede que tenga uno, pero es la némesis de su grandeza que no lo tiene. Está sólo en el mundo, sin objeto para su avaricia y sin amigo para romper su lúgubre aislamiento.

Niño, 'hijo o hermano', puesto para cualquier heredero .

Ni su ojo está satisfecho.  El avaro no podría dar cuenta de su enamoramiento.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad