También su amor, su odio y su envidia han desaparecido; ni tendrán más parte para siempre en todo lo que se hace debajo del sol.

Su amor... odio... envidia, ahora ha perecido, refiriéndose a, donde ver la nota. No es que éstos cesen en un mundo futuro absolutamente; pero, como muestra el final de este versículo, en relación con las personas y las cosas de este mundo.

El amor y el odio del hombre ya no pueden ejercerse para bien o para mal de la misma manera que aquí; pero los frutos de ellos permanecen. Lo que se encuentra en la muerte, permanece para siempre. La "envidia" también marca a los malvados, como se menciona, ya que fue con ella que asaltaron a los justos ( Nota).

Ni tienen ya parte. Su "porción" era "en esta vida"; que ahora 'no pueden tener más'. El todo ( Eclesiastés 9:4 ) puede, sin embargo, no estar restringido a los malvados, sino que puede ser el lenguaje de la razón carnal en cuanto a todos los buenos y malos por igual (nota,).

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