Entonces el pueblo de la tierra debilitó las manos de los hijos de Judá, y los turbaron en la construcción,

Entonces el pueblo de la tierra debilitó las manos del pueblo de Judá ... Exasperados por este rechazo, los samaritanos se esforzaron por todos los medios para molestar a los trabajadores y obstruir el progreso de la construcción; y aunque no pudieron alterar el decreto que Ciro había emitido al respecto, sin embargo, mediante sobornos y artes clandestinas ejercidas incansablemente en la corte, trabajaron para frustrar los efectos del edicto.

Su éxito en esos tratos clandestinos fue grande; porque Ciro, estando frecuentemente ausente y muy absorto en sus expediciones guerreras, dejó el gobierno en manos de su hijo, quien después le sucedió en el trono, pero con quien, siguiendo la política religiosa de su padre, sus astutas y Las representaciones malignas no tenían ningún efecto. Las mismas artes se practicaron asiduamente durante el reinado del sucesor de Cambises, Smerdis, hasta la época de Darius Hystaspes.

A consecuencia de las dificultades y obstáculos así interpuestos por un período de veinte años, el progreso de la obra fue muy lento. Pero esta interrupción no fue ocasionada por ningún obstáculo puesto en el camino de la empresa por edictos desfavorables de Ciro y su corte. Se debió enteramente a la conducta dilatoria de los mismos inmigrantes judíos, por lo que Hageo los reprendió severamente (1:1-6).

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