Así hirieron los judíos a todos sus enemigos a filo de espada, matanza y destrucción, e hicieron lo que quisieron con los que los odiaban.

Así los judíos derrotaron a todos sus enemigos. El efecto de los dos decretos antagónicos fue, mientras tanto, provocar una guerra feroz y sangrienta entre los judíos y sus enemigos en todo el imperio persa; pero por el temor de Ester y Mardoqueo, los gobernadores provinciales favorecieron universalmente su causa, de modo que sus enemigos cayeron en gran número.

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