Ahora, en el mes duodécimo, es decir, el mes de Adar, el último mes del año eclesiástico judío, el día trece del mismo, cuando el mandamiento del rey y su decreto se acercaban para ser ejecutados, a saber, que que había sido diseñado por el astuto Amán, en el día en que los enemigos de los judíos esperaban tener poder sobre ellos, (aunque se volvió al contrario, que los judíos tenían dominio sobre los que los odiaban, las disposiciones de la primera decreto siendo neutralizado por los del segundo edicto enviado por Mardoqueo)

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