Mirad que el SEÑOR os ha dado el sábado, por eso os da en el sexto día pan para dos días; quédense cada uno en su lugar, que nadie salga de su lugar en el séptimo día.

Permaneced cada uno en su lugar. A partir de este mandato se promulgó que nadie debe apartarse en sábado del lugar de su morada más allá del espacio que media entre el campamento israelita y el tabernáculo, que se encuentra en su centro. Esto fue calculado por los rabinos judíos en 1,000 ells, que siendo duplicados, para tener en cuenta el regreso a casa, equivalía a lo mismo que la milla romana, o 1,000 pasos geométricos (Rosenmuller's 'Biblical Geography', 1:, p. 27; Moses Stuart, 'On the Canon', p. 61).

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