Y dijo: Si ahora he hallado gracia ante tus ojos, oh Señor, te ruego que mi Señor vaya entre nosotros, porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos como herencia.

Y dijo: Si ahora he hallado gracia. Sobre esta proclamación Moisés, en la desbordante benevolencia de su corazón, fundó una ferviente petición para que la presencia divina continuara con el pueblo; y Dios se complació en dar su respuesta favorable a su intercesión mediante una renovación de su promesa bajo la forma de un pacto, repitiendo los puntos principales que constituían las condiciones del anterior pacto nacional.

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