E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés; y murieron las ranas de las casas, de las aldeas y de los campos.

E hizo el Señor conforme a la palabra de Moisés. La plaga se detuvo. No se permitió que salieran más ranas de las resbaladizas orillas del río. Pero las millares que habían llenado todas las grietas fueron, como un doloroso memorial del milagro, dejadas para que murieran donde estaban, a fin de mostrar que su muerte simultánea en todas las partes de la tierra fue efectuada no por la mano del hombre, sino por el poder de Dios.

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