Sin embargo, decís: El camino del Señor no es igual. Oíd ahora, oh casa de Israel; ¿No es mi camino igual? ¿No son vuestros caminos desiguales?

Sin embargo, decís: El camino del Señor no es igual. Su alegato para decir "El camino del Señor no es igual", era que Dios trataba a las diferentes clases de manera diferente. Pero era realmente su camino el que era desigual, ya que, viviendo en pecado, esperaban ser tratados como si fueran justos. El camino de Dios era invariablemente tratar con diferentes hombres de acuerdo a sus merecimientos.

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