Y la copa de Faraón estaba en mi mano; y tomé las uvas, y las exprimí en la copa de Faraón, y di la copa en la mano de Faraón.

Y tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón. La escena visionaria descrita parece representar al rey haciendo ejercicio en el extranjero y, a su regreso, siendo atendido por su mayordomo, quien le dio un trago refrescante. En todas las ocasiones los reyes del antiguo Egipto estaban obligados a practicar la templanza en el uso del vino (Wilkinson); pero en esta escena lo que está bebiendo es una bebida preparada, probablemente el sorbete de la actualidad.

Todo se hacía en presencia del rey: se cogía la copa, se exprimía en ella el zumo de las uvas y se le entregaba, sin que el mayordomo la cogiera, sino que se apoyaba ligeramente en las puntas del pulgar y de los dedos.

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