Y aconteció que al tercer día, que era el cumpleaños de Faraón, hizo banquete a todos sus siervos; y alzó la cabeza del jefe de los coperos y del jefe de los panaderos entre sus siervos.

El tercer día... El cumpleaños del Faraón. Este era un día de fiesta, que se celebraba en la corte con gran magnificencia, y se honraba con el perdón gratuito a los prisioneros. En consecuencia, el asunto le ocurrió al mayordomo y al panadero como José había predicho. Sin duda le dolió comunicar al panadero una noticia tan funesta, pero no podía dejar de anunciar lo que Dios le había revelado, y era por el honor del verdadero Dios que debía hablar con claridad.

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