Y mandó al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de estos hombres, tanto como puedan llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.

Y mandó al mayordomo. El propósito de poner la copa en el saco de Benjamín era obviamente poner a ese joven en una situación de dificultad o peligro, para descubrir así hasta qué punto los sentimientos fraternales del resto se despertarían para simpatizar con su angustia, y estimular sus esfuerzos para procurar su liberación. Pero, ¿con qué fin se devolvió el dinero? Se hizo, en primer lugar, por sentimientos de bondad hacia su padre; pero otro propósito adicional parece haber sido la prevención de cualquier impresión perjudicial sobre el carácter de Benjamín.

El descubrimiento de la copa en su poder, si no hubiera existido nada más para juzgar, podría haber hecho recaer una dolorosa sospecha de culpabilidad sobre el hermano menor; pero la visión del dinero en el saco de cada uno llevaría a todos a la misma conclusión, que Benjamín era tan inocente como ellos, aunque la circunstancia adicional de que la copa se encontrara en su saco le acarrearía mayores problemas y peligros.

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