Pero Pedro lo levantó, diciendo: Levántate; Yo también soy un hombre.

Pero Pedro lo levantó, diciendo: Levántate; yo también soy hombre. En Oriente, esta forma de mostrar respeto era habitual no solo para los reyes sino también para otros de posición superior; pero entre los griegos y los romanos (como dice Grotius) estaba reservado para los dioses. No es que tengamos la menor razón para suponer que Cornelio pretendía rendir honores divinos a Pedro con esta actitud; pero el apóstol lo consideró como un acto de homenaje religioso, que su propia insignificancia como mero instrumento mortal, elegido divinamente para abrir la puerta de la fe a este centurión, no lo soportaría.

Alford comenta con justicia que "aquellos que afirman haber sucedido a Pedro no han imitado esta parte de su conducta". Pero esto solo verifica(comparar;).

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad