Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.

Entonces habló Hageo, mensajero del Señor, así los sacerdotes son llamados.

En el mensaje del Señor - es decir, investido con la autoridad y comisión del Señor: en el mensaje del Señor.

Estoy contigo. Por lo tanto, la promesa del Señor de Su presencia continua con Su Iglesia está inseparablemente conectada con su obediencia, "Enseñándoles (a todas las naciones) a guardar todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Cuando el pueblo muestra solo la disposición de obedecer, incluso antes de que realmente comiencen a trabajar, Dios pasa de inmediato del tono de reproche al de ternura. Se apresura, por así decirlo, a olvidar su infidelidad anterior y a asegurarles que Él está y estará con ellos cuando sean obedientes: en hebreo, "¡Yo con vosotros!" La presencia de Dios es la mejor de las bendiciones, porque incluye todas las demás. Esta es la garantía segura de su éxito, por muchos que sean sus enemigos, ("Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?"). Nada inspira más a los hombres y los saca del letargo que cuando, confiando en las promesas de ayuda divina, tienen una esperanza segura de un resultado exitoso (Calvino).

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