En aquel tiempo será traído presente a Jehová de los ejércitos de un pueblo disperso y desollado, y de un pueblo terrible desde su principio hasta ahora; nación medida y pisoteada, cuya tierra los ríos saquearon, hasta el lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, el monte de Sión.

En aquel tiempo se traerá el presente al Señor de los ejércitos de un pueblo disperso y pelado, (ver la nota en.) El sentido en la traducción de Gesenius de estos epítetos, en referencia a los etíopes, será este: los etíopes, asombrados ante tal interposición de Yahweh a favor de Su pueblo, enviarán presentes a Jerusalén en Su honor.

Así, tradúzcase, 'un regalo... de un pueblo'. O traducir como la versión en inglés, "el presente" significará 'el pueblo' de Etiopía convertido a Dios. Horsley toma a la gente convertida a Yahweh como los judíos de los últimos días. Prefiero tomar esto como el evento último y antitípico aquí predicho; y la restauración a Judá por parte de Etiopía de algunos de los marginados judíos, después de la destrucción de las huestes de Senaquerib, como el evento típico al que se alude aquí.

Sin duda Senaquerib, cuando "tomó todas las ciudades fortificadas de Judá", llevó en su séquito, al marchar hacia el suroeste de Palestina, donde derrotó a los egipcios y etíopes (según las inscripciones), muchos judíos cautivos. Algunos de estos que escaparon a los etíopes serían devueltos por ellos a Judá, después de los cautivos judíos. Algunos de estos que escaparon a los etíopes serían devueltos por ellos a Judá, después del derrocamiento del ejército de Senaquerib en Jerusalén.

Al lugar del nombre del Señor de los ejércitos, donde Yahweh peculiarmente manifiesta su gloria.

El monte Sión, muestra cómo los adoradores llegaron a Jerusalén desde "Egipto" y "Etiopía". Frumentius, un egipcio, en el siglo IV, fue el instrumento humano en la conversión de Abisinia al cristianismo; y una Iglesia cristiana, bajo una abuna u obispo, todavía florece allí. El logro completo es probablemente aún futuro, y se refiere a la restauración de los judíos por algún poder gentil amistoso, después del derrocamiento del Anticristo.

Observaciones: El Señor todavía 'levantará Su estandarte' de poder y gloria manifestados "sobre las montañas", y con el poderoso 'sonido de una trompeta'. Él convocará a 'todos los habitantes del mundo' para que vean Sus obras y escuchen Sus palabras a favor de Su pueblo del pacto. Es cierto que Israel ha sido durante mucho tiempo "una nación esparcida y pelada", o despojada de todo su atractivo; y su tierra ha sido durante siglos 'hollada y saqueada' por los opresores gentiles.

Pero el Señor, aunque Él, parece ahora 'descansar en Su morada', y aunque en los próximos días del Anticristo, Dios al principio permitirá que los planes del perseguidor impío progresen favorablemente, sin embargo, 'antes de la cosecha' cortará al enemigo 'retoños y ramas'.

Las huestes del Anticristo serán presa de todas las aves y bestias. Aprendamos, pues, a esperar con paciencia el tiempo del Señor.

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