Y muchos pueblos irán y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos enseñará sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Muchos pueblos (pueblos) irán y dirán: Venid, y subamos al monte del Señor. Si la maldición predicha contra Israel se ha cumplido literalmente, la bendición prometida también será literal. Nosotros los gentiles no debemos, mientras les damos la maldición, negarles su bendición especial espiritualizándola.

Él nos enseñará de sus caminos, y andaremos en sus senderos. El Espíritu Santo será derramado entonces para una conversión general, y los judíos serán los instrumentos cuyo ministerio será bendecido al efectuarla.

Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor, es una garantía de las futuras relaciones de Jerusalén con la cristiandad, ("si su ruina es la riqueza del mundo, y su disminución la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plenitud?... Porque si su destrucción es la reconciliación del mundo, ¿qué será el recibir de ellos, sino vida de entre los muertos?”)

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