Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo en el asedio y apuro con que los aprietan sus enemigos y los que buscan sus vidas. 

Les haré comer la carne de sus hijos. Cumplió al pie de la letra tanto en el sitio de Jerusalén bajo Nabucodonosor como mucho después bajo el romano Tito.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad