Pero sabed con certeza que si me matáis, sangre inocente ciertamente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores; porque en verdad el SEÑOR me ha enviado a vosotros para hablaros todas estas palabras en tus oídos.

Si me dan muerte, seguramente traerán sangre inocente sobre ustedes ; tan lejos estarán de escapar de los males predichos derramando mi sangre, que por ese mismo acto solo incurrirán en castigos más severos, ("Para que venga sobre vosotros... la sangre justa", etc.)

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