Entonces habló Jeremías a todos los príncipes ya todo el pueblo, diciendo: El Señor me envió a profetizar contra esta casa y esta ciudad, más bien, "a" o "acerca de esta casa y esta ciudad"; porque Jeremías evitó deliberadamente cualquier expresión que pudiera causar irritación, todas las palabras que habéis oído. No estaba dando su opinión personal ni expresando ningún rencor que pudiera haber sentido, pero solo había cumplido con su deber.

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