Y los lebrillos, y las sartenes, y los tazones, y los calderos, y los candeleros, y las cucharas, y las copas; lo que era de oro en oro, y lo que era de plata en plata, se llevó el capitán de la guardia.

Lo que era de oro en oro - implicando que los artículos eran de oro y plata sólidos respectivamente, no de un metal diferente en el interior, o aleados (Grotius). El capitán de la guardia se los llevó enteros, sin romperlos, como se hizo con el bronce.

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